Tras el paso de Almansa a manos cristianas en 1244, la mayor parte de la población musulmana renunció a abandonar sus escasas propiedades y continuó viviendo en la comarca. Sin embargo su condición de no creyentes hizo que las autoridades cristianas iniciaran una politica de presiones hacia ellos. Esa fué la causa de la rebelión mudéjar ocurrida años despues en 1266.