Ribadavia, antigua capital del Reino de Galicia (1)

Declarada de interés Turístico Nacional.

Es una ciudad que vive su presente, basado prioritariamente en el pasado glorioso e histórico que llego hasta nuestros tiempos, como legado tradicional de unos villanos que lucharon por sus libertades contra mozárabes, bandidos, ingleses, franceses, y sus propios Señores (2), hasta el punto de disponer de Fueros propios y Ordenanzas municipales de muy avanzadas miras.

Todo ello acompañado de un comercio de gran importancia basado en el vino del Ribeiro, un caldo que ya fue cantado por el Rey Alfonso X el Sabio, y reconocido por los pueblos europeos, principalmente el inglés, donde se exportaban importantes cantidades, que hicieron del Ribeiro uno de los vinos más apreciados de aquella isla. Ello llevo consigo la creación de los llamados caminos comerciales, que se extendían por la geografía gallega, en dirección al mar -La Guarda y Vigo- y al interior -Santiago de Compostela-.

Estos caminos comerciales, – que también eran usados por peregrinos y por el padre de ellos, el Obispo Gelmirez, quien recorría el camino del norte de Portugal a Santiago, cruzando el río Miño, en barca, a la altura de Castrelo de Miño, haciendo noche en el Castillo de la Vega, sito en el termino de Ribadavia -, fueron los que posibilitaron que Ribadavia y su comarca, contara con artesanos de todo tipo, aún que con mayor preponderancia con los relacionados con el vino.

Aun en nuestros días, la presencia histórica es un hecho real, con el mantenimiento del casco viejo donde se ubica el barrio judío, que justifica la presencia importante de hebreos en la villa. El castillo, monumento que recuerda las hazañas heroicas de sus villanos. La Aljama o Sinagoga judía, la Casa de la Inquisición, y las diferentes iglesias de los siglos XII e XIII, conjuntamente con los sopórtales, calles y plazas empedradas, son, sin lugar a dudas, el entorno mas apropiado para la representación de la Istoria.

(1) El rey García goberno Galicia desde Ribadavia. 1064/1071

(2) En los años 850/860 las ordas mulsumánas de Abul-Azis tomaron la ciudad. En el año 920 y posteriores, Almanzor puso sus reales en ella. En el siglo XIV, año 1330 los bandidos tomaron la Villa y pasaron a cuchillo a sus habitantes. En el 1398 sufriron el cerco de los ingleses del Duque de Lancaster, durante nueve meses, para ser abatidos y vencidos posteriormente. En el 1809 el general frances Soult volvió asediarla y tomarla.