Para dar sentido, entender y justificar esta Feria Barroca, hemos de situarnos a comienzos del S.XVII.
La voluntad de Felipe II, llamado Rey prudente es que la capital hubiera seguido siendo Madrid, pero su heredero (Felipe III) cuando llega al trono en 1598, decide olvidar los consejos de su padre y traslada la Corte a Valladolid. En enero de 1601 se realiza el traslado, esta situación duró poco porque la Villa de Madrid sufrió consecuencias negativas (pérdida de población, ruina de negocios…) y sus autoridades, atendiendo al clamor popular que reclamaba la vuelta de la corte, empezaron a trabajar para conseguir que Madrid volviera a ser capital del Reino.
A mediados de enero de 1606 una delegación del Concejo madrileño, encabezada por su Corregidor y Alcalde, Silva de Torres emprendió viaje a Valladolid, con el propósito de conseguir del Rey esta merced.
Pero el Rey y parte de la corte se encontraban en Ampudia desde el 17 de enero de dicho año, con la intención de descansar y divertirse hasta que llegaran los Carnavales, y hasta aquí tuvieron que prolongar su camino los embajadores de Madrid para exponer sus peticiones.
Trataron primero con el duque de Lerma, que de hecho era quien tomaba las decisiones importantes.
El acuerdo definitivo debió de rubricarse a finales de enero de 1606 en el Castillo de Ampudia, (que fue una de esas fábricas bélico-palaciegas, que en 1931 fue declarado Monumento Nacional, destacamos que el edificio comprende en su fortificación dos departamentos, el palacio y la verdadera fortaleza, entre las piezas, que desembocan sobre cortos corredores merecen especial aprecio el salón de recibimiento y el de la chimenea, con lindas portadas de preciosos vaciados góticos en yeso y buenos artesonados, consta de salón de armería. Hoy en esta fortaleza del S. XV se exhibe una colección de arte y antigüedades) con la decisión, acuerdo y concesión de que Madrid se fijaba como capital de sus reinos y dejaba de serlo Valladolid.
Por estos años la villa de Ampudia gozaba de una saludable prosperidad con una población superior a los 3000 habitantes (hoy no llega a los 700 censados). Y es que el valido del Rey, el Duque de Lerma, obtuvo de Felipe III para este lugar toda una serie de privilegios que contribuyeron a incrementar su importancia y patrimonio:
Concesión de mercado franco
Traslación de la Abadía de Husillos a Ampudia con categoría de Colegiata, apoyando el Papa Paulo V esta decisión
El Duque de Lerma funda un convento franciscano (hoy sede del Museo de Arte Sacro de Ampudia).
En definitiva Ampudia ofrecía un marco digno y estancias cómodas para frecuentes visitas reales, de esta forma después de varios años de presencia de la corte en Valladolid, se organizan estancias de la familia real y su séquito en esta villa en el invierno de 1605-1606, para descansar de grandes festejos.
Pero no sólo fue una visita de descanso y recreo del Rey Felipe III y su esposa Margarita de Austria en la que se celebraban torneos de los meninos en la pradera de la ermita de Arcona, grandes fiestas con paloteos, torneos, caza, juegos de caña, corridas de toros…, así lo relatan las Crónicas de esos años “El 9 de febrero de 1602, Felipe III pasó cinco días en Ampudia. Entró a caballo y la Reina en silla, debajo del Palio”. “El 10 de julio de 1604 vino el Rey con sus hijos y yernos y el Obispo…”. “En Ampudia descansó el Rey de sus viajes desde Valladolid a León, Palencia y Zamora
También hubo negocios políticos importantes, de manera que Ampudia, (señorío de Lerma), se convirtió en esta etapa en la sede del Gobierno del Reino, en la que el Rey tenía despacho en Ampudia:
Felipe III firmó varias Cédulas Reales, dirigidas a la Casa de Contratación de Sevilla, relacionadas con las colonias americanas.
La Junta de Hacienda programó una reunión ordinaria en Ampudia para tratar asuntos de su competencia, entre los que figuraban: saldar cuantas con el marqués de Spínola…
Y sobre todo, hay que tener presente que en Ampudia se firmó el trascendental acuerdo definitivo de traslado de la corte y la capitalidad de los reinos hispánicos a Madrid, así el 24 de enero de 1606 el duque de Lerma envió desde Ampudia varios billetes al conde de Miranda y a los demás presidentes de los Consejos que estaban en Valladolid para comunicarles la notica y para que la publicaran convenientemente.
Toda esta negociación del acuerdo y concesión del paso de la capital de Valladolid a Madrid es la que se representa mediante la Feria Barroca en Ampudia, ambientado con mercado barroco en sus calles haciendo alusión de la concesión del mercado franco por Felipe III
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE FIESTAS Y RECREACIONES HISTÓRICAS
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