Cuando pensamos en Andorra, a todos nos asaltan palabras asociadas como nieve, esquí, compras, paraíso fiscal… Pero además del pequeño principado pirenaico, hay otra Andorra. La nuestra, la aragonesa, la turolense. A la que le han quitado la chimenea de la Central Térmica (la tercera estructura más alta que existía en España gracias a los 343 metros de altura), y que se prepara ya para vivir su espectacular Semana Santa mientras intenta reconvertirse y abrir nuevas vías de futuro.

Tras el cierre y derribo del que ha sido uno de los iconos del patrimonio industrial no solo de la comarca de Andorra – Sierra de Arcos, sino de todo Aragón, son muchas las incógnitas que surgen en torno al futuro de esta localidad marcada por la actividad minera; una actividad que ha marcado la economía y la idiosincrasia tanto de los habitantes como de esta ciudad que tiene casi mil años de historia y que está situada sobre una colina en el piedemonte de la Sierra de Arcos.

No en vano, el crecimiento de Andorra y de buena parte de la zona ha estado ligado a las explotaciones de carbón. Ya en el siglo XVII hay noticias de la explotación de minas, aunque la época de mayor esplendor fue en la segunda mitad del siglo XX, coincidiendo con el desarrollismo.

Exposición Etnográfica Ángel García Cañada

La Exposición Etnográfica Ángel García Cañada está ubicada en el antiguo Horno de pan cocer de la localidad de Andorra.

Construido en 1789, el recinto está conectado con el Centro Pastor de Andorra de la Jota y el Folclore Aragonés por medio de una sala de exposiciones temporales, desde el que se accede a la exposición etnográfica, que cuenta con más de 800 objetos y explicaciones sobre los oficios y la vida rural tradicional que Ángel García Cañada recogió y entregó para su exhibición museística.

El recinto es un espacio fabricado en piedra en el que destacan grandes arcos rebajados que sustentan su cubierta. Está presidida por una serie de materiales y utensilios relacionados con la vida cotidiana. Su visita se inicia con el ciclo del pan y la pasta, en el que, junto a herramientas, aperos y la gran bóveda del horno, destaca una curiosa máquina de hacer fideos, pieza muy rara en este tipo de colecciones. En un rincón se recrea una herrería con su gran fuelle, y en otra zona una entibación de madera recoge algunas curiosidades de la mina, el principal motor de transformación de la sociedad andorrana durante el siglo XX. El vino, el aceite y la miel, productos típicamente mediterráneos y ligados a actividades económicas esenciales en la zona, están presentes con diversos elementos, destacando la prensa asociada al primero de ellos.

Unas escaleras llevan a la planta situada sobre la cámara del horno, donde se exponen herramientas y objetos asociados a otros oficios: guarnicionero, carpintero, picapedrero… En esta sala se incluye una sección dedicada a anécdotas y curiosidades, un pequeño espacio dedicado al tren minero, una antigua máquina de proyección de películas del desaparecido Cine Tívoli, una muestra de armas antiguas con un caldero de la guerra del Vietnam, y la recreación de una completa barbería de los años 40-50.

El Centro Pastor de Andorra

Bajando desde la plaza de la Iglesia, junto a la fuente del lugar, se encuentran adosados dos importantes edificios de Andorra, el antiguo “horno de pan cocer”, construido en 1789, y la casa de los Alcalá, del siglo XIX, propiedad de una familia de farmacéuticos de la localidad. Desde el año 2003, y tras una profunda restauración, acogen el Centro Pastor de Andorra, que alberga la Colección Etnográfica “Ángel García Cañada” y el museo dedicado a José Iranzo, a la jota y al folclore musical aragonés. La entrada al Centro se realiza por el patio de la casa que reúne el folclore, la etnografía y el recuerdo de la familia propietaria a través de los objetos de la antigua botica. En este espacio de la planta baja se encuentra la Oficina de Turismo y una fotografía de José Iranzo parece invitarnos a visitar los contenidos de este complejo expositivo. Se accede al horno de pan cocer por medio de una sala de exposiciones temporales, en la que actualmente una serie de paneles explican parte del urbanismo de Andorra y el porqué del nombre de sus calles a lo largo de la historia. Un rincón especial para los más pequeños permite que puedan entretenerse coloreando, leyendo o haciendo puzles, mientras sus padres disfrutan del recorrido por el centro.

Iglesia de la Natividad

La iglesia parroquial de la Natividad preside la Plaza mayor de Andorra, espacio en torno al cual se estructuró el casco antiguo de la villa, y que aglutina las construcciones más significativas de Andorra: la iglesia, con su sobria fachada y su potente torre, la lonja de la antigua casa consistorial y una interesante casa popular con singular fachada de ladrillo. Fue construida entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII.

La iglesia es un edificio de notables dimensiones, de piedra arenisca, que responde a un plan constructivo unitario de carácter renacentista, con rasgos del primer barroco combinados con elementos decorativos de tradición mudéjar.

Su planta es rectangular, de nave única de gran amplitud, con capillas abiertas entre los contrafuertes y cabecera poligonal plana al exterior. La nave y las capillas se cubren con bóvedas de cañón con lunetos y la cabecera lo hace con cúpula rebajada.

La cabecera se decora, en el interior, con franjas que se unen en el centro por una gran clave decorada a modo de rosetón y las sala del lado del evangelio con entrelazos formando en el centro una estrella con el símbolo solar. Un gran cuadro dedicado a la natividad de la Virgen es el mayor atractivo del altar Mayor. La nave central se abre por vanos de medio punto y se decora por medio de frontones curvos con pináculos y bolas y roleos en relieve. La decoración interior se completa con resaltes de yeso en las bóvedas de las capillas y en los fajones de la nave central.

Al exterior destacan su robusto campanario y su grandiosa fachada de tres cuerpos, realizada por Juan Rigor entre 1592 y 1609 y que combina elementos clasicistas con gran plasticidad. En esta fachada de estructura muy clásica, destacan sus dos hornacinas aveneradas flanqueadas por columnas acanaladas y con capiteles dóricos. El cuerpo superior presenta un gran arco de medio punto en cuyo centro se representa a Cristo crucificado y dos ángeles.

La Torre es de cuatro cuerpos, el primero de planta cuadrada construido en sillar y los restantes octogonales levantados medio siglo después en ladrillo. El primer cuerpo, el menos decorado, presenta pilastras en las aristas; los dos cuerpos superiores, también con pilastras en los ángulos, cuentan con vanos de medio punto: algunos cegados, otros abiertos por óculos y otros alojan campanas. El cuerpo superior presenta decoración de friso de esquinillas.

También destaca en el exterior la fina decoración de modillones de la cabecera, que se dispone creando un elegante juego volumétrico. La nave muestra gruesos contrafuertes, recorridos por dos impostas y con gran vuelo en su parte alta, decorada con modillones.

Parque arqueológico y necrópolis de El Cabo (Andorra)

Se trata de la reconstrucción de un poblado ibérico del S. V a. C. y se encuentra situado en el cerro de San Macario, dominando la localidad de Andorra.

El Parque arqueológico del El Cabo es el único poblado ibérico trasladado piedra a piedra desde su ubicación original. El antiguo poblado se encontraba a unos dos kilómetros al Oeste de Andorra y se vio afectado por los movimientos de tierra producidos por una explotación minera.

Para evitar su destrucción, los elementos arquitectónicos más significativos del yacimiento se trasladaron al estratégico cerro de San Macario.

Datado en el siglo V a.C, actualmente el poblado se encuentra reconstruido en planta en su totalidad y varios de sus espacios han sido reconstruidos en alzado. Consta de una calle central y unas cuarenta casas en torno a ella.

En la parte más elevada podrás observar los dos espacios de mayores dimensiones, probablemente la vivienda de la familia principal del asentamiento y, junto a ella, una amplia dependencia, quizás destinada a almacén. Su visita ofrece un alto interés didáctico y divulgativo, constituyendo un innovador proyecto realizado para facilitar a todo tipo de público la comprensión de la cultura ibérica en Aragón.

La necrópolis está compuesta por un total de seis túmulos funerarios de planta circular. Se sitúa a unos 400 metros al sur del poblado, próximo a la carretera A-223, en dirección a Albalate del Arzobispo, a la altura de del kilómetro 14,200.

Museo Minero de Andorra-Sierra de Arcos

El Museo Minero de Andorra-Sierra de Arcos, más conocido como MWINAS, es un museo situado en el municipio español de Andorra, en la provincia de Teruel, comunidad autónoma de Aragón.

El espacio museístico, inaugurado en 2005, se asienta sobre las antiguas instalaciones del Pozo de San Juan.1

El MWINAS tiene entre sus objetivos conseguir un desarrollo sostenible de nuestro territorio, a través de la recuperación de la memoria histórica y del uso innovador de los viejos espacios mineros. El museo brinda al visitante un espacio único y vivo, en constante evolución, cuyo eje vertebrador es la minería del carbón. Su propuesta, que lo diferencia de otros museos mineros, es mostrar la comarca entera como un museo a cielo abierto. Ese hilo conductor –la minería– tiene puntos de referencia repartidos por el territorio, que nos ofrecen una visión completa de la historia comarcal de este sector clave de nuestra economía. El Parque consta de dos espacios principales: el Pozo de San Juan –donde se encuentra la sede, el centro de visitantes y la principal área expositiva– y un Espacio de Interpretación, que corresponde a la superficie restaurada de dos minas a cielo abierto.

Museo de la Semana Santa

Inaugurado en el año 2007, se ubica al final de la calle Aragón en uno de los accesos a la Ermita de San Macario en lo que fuera un antiguo almacén municipal reconvertido en un bello edificio civil. En él se observan dos espacios completamente diferenciados: Sala grande: En ella y bajo grandes arcos de bóveda, se exponen los doce pasos que procesionan en Andorra, con sus bellísimos grupos escultóricos, artísticas peanas, estandartes y hábitos cofrades. También este espacio nos descubre, a la Banda de Penitentes, banda de azules, “Manolas” y Cofradía del Cristo de los tambores y bombos, no menos importantes en la Semana Santa andorrana. Sala pequeña: Este espacio cuenta con efectos de iluminación, sonido y una emotiva recreación del acto de “Romper la Hora”, complementándose con abundantes fotografías y bellos textos insertados en grandes paneles. Mención especial merece en este espacio, el valioso e interesante material etnográfico, aportado por particulares y cofradías. Como complemento a todo ello puede visionarse un sugerente audiovisual que nos muestra los momentos de mayor relevancia de la Semana Santa en Andorra.

Casa de los Alcaine

Edificio de ladrillo (siglo XVII) de cuatro plantas que presenta la clásica composición habitual en la zona. En el primer piso se abre la portada de medio punto; en el segundo, dos sencillos vanos con balcones que no sobresalen del muro, y en el tercero, una galería de arcos doblados sobre una moldura longitudinal. En época posterior se ha recrecido el edificio con un ático. Una línea de imposta se sitúa en el segundo piso, interrumpida por los huecos de los balcones y decora la fachada un escudo nobiliario sobre la clave de la portada.

Al interior, la planta baja consta de un hall de entrada, con columna y viga de madera de molduras decoradas. Alrededor del mismo distintas estancias. La escalera, con luz cenital, articula el edificio. En la primera planta, a la izquierda se articula una vivienda en forma de L en torno a un patio interior empedrado. A la derecha, los salones del antiguo casino (dos comunicados entre sí por puertas de madera). El segundo piso presenta a la izquierda otra vivienda en forma de L. Siguiendo la escalera encontramos una puerta que comunica con una buhardilla, que se corresponde con el recrecimiento del edificio tras la guerra civil. Por último, una segunda buhardilla más amplia, antecedida por una curiosa sala circular cubierta con cúpula y linterna, que alberga una chimenea y servía de observatorio astronómico.