La Alcazaba

Construida antes del siglo X, continuó su apogeo durante el siglo XIII y XV, hasta ser ocupada por los cristianos en 1489. La importancia de esta fortaleza «fiñani» o fiñanera, tuvo que ser destacada. Unos cuantos años más tarde, durante el mandato de Abd al-Rahaman III, la España musulmana alcanzó el punto más álgido de su apogeo cultural y económico, destacando Almería, que se transformó en uno de los puertos más activos y ricos del Mediterráneo peninsular. En este contexto, las Rebeliones del Sudeste, eran un grave problema que desde Córdoba se urgía poner fin. Será pues en tiempos de Abd al- Rahaman III cuando se acabe con estos graves levantamientos, derrotando, al caudillo principal de los mismos: lbn Hafsun. Para ello, el joven califa, se vió obligado a acudir, en persona, a los lugares más álgidos de la rebelión, Fiñana incluida. Sucedía esto al año escaso de su subida al trono cordobés. Antes de llegar a nuestra villa, tuvo que enfrentarse con la oposición de las ciudades de Baza y Guadix, que se le sometieron sin apenas oponer resistencia. En Fiñana, las cosas fueron de distinta manera. Aquí se encontró con una encarnizada resistencia. La fortaleza está rodeada totalmente de casas. «Esta antigua alcazaba no presenta restos de viviendas», señala Mª Pilar Sánchez Sedano en su obra Arquitectura musulmana de la provincia de Almería,» ni siquiera una división del recinto que respondiese a las necesidades propias de toda alcazaba, ya que sus antiguas dependencias forman parte ahora de casas particulares que en muchos casos han destruido sus muros para introducir ventanas o cualquier dependencia. Solo quedan en pie restos de tres torreones y unas murallas que irían rodeando al pueblo y que formarían el recinto habitable. Estos torreones son de planta rectangular cuyo sistema constructivo es un mortero simple a base de cal y arena, recubierto con una capa de enlucido». El barrio formado a partir de la alcazaba, es sin duda descendiente del antiguo arrabal musulmán, quedando de todo ello algunos vestigios que aún hoy podemos apreciar como es, el trazado de las calles de dicho barrio, o los aljibes que se conservan y que a continuación se describen.

Ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno.


Mezquita del siglo XIII conservada casi en su totalidad, sólo falta el minarete y el patio. Es una de las pocas que se conservan en nuestro país. Ha sido declarada Monumento Histórico-Artístico en 1984.

Iglesia parroquial de la Anunciación.

Construida en 1570. El interior es mudéjar, pero presenta una fachada renacentista. Posee un museo con imaginería, reliquias de plata y la casulla donada por los Reyes Católicos.

En la plaza de la Constitución de Fiñana, son 15 arcos, algunos de diferente tamaño, los que miran a la iglesia de la Anunciación desde los bajos del Ayuntamiento. Desde los soportales de la Casa Consistorial se deja ver, tras una pequeña fuente, la silueta de un templo que dispone de una robusta torre que muestra timidez. En la plaza se intuye su presencia, pero no se divisa con total intensidad. El campanario juega con nosotros e intenta ocultarse como si estuviera juganiglesiado al escondite. Para contemplarlo, es necesario buscar nuevos encuadres. Construido en ladrillo y mampostería, toma confianza en la aledaña calle San Sebastián. En su conjunto, el templo está envuelto en un estilo renacentista que va a contrastar con el mudéjar interior. Precisamente es en la penumbra donde todavía vaga el espíritu de quiénes la mandaron construir: los Reyes Católicos. En este particular paseo por el alma de la iglesia, no podemos dejar pasar por alto el magnífico retablo de madera, una joya de valor incalculable. Tampoco debemos perdernos su museo de la Sacristía que cuenta con imaginería e incluso partituras de cantos gregorianos. Desde los bancos de la plaza de la Constitución nos damos cuenta de que sus principales monumentos, iglesia y Ayuntamiento, conviven en un armónico espacio público. Ambos se complementan en una sinfonía al permitir que todas las piezas que componen este sitio de interés sobresalgan de manera equilibrada.

La mezquita de Fiñana

A la hora de hacer cualquier mención sobre la mezquita de Fiñana, es obligado señalar al respecto, la obra de Carmen Barceló Torres y Antonio Gil Albarracín titulada «La mezquita Almohade de Fiñana (Almería)», publicada a finales de 1994. Los autores ponen de manifiesto datos desconocidos hasta el momento y que convierten a este monumento en un edificio verdaderamente importante, no por la suntuosidad o grandeza del mismo, sino por reunir una serie de singularidades que, con el paso del tiempo, han hecho de él, uno de los muy pocos ejemplos que del arte almohade se conservan, hoy día, en nuestro país.

En dicha obra se afirma que: «la ermita de Santiago o de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Fiñana, es una Mezquita almohade, adaptada al culto cristiano desde hace prácticamente medio milenio, tomando como referencia el año 1502 en el que la conversión forzosa por el cardenal Cisneros, acabó oficialmente con la fe de sus usuarios musulmanes, adjudicando los edificios islámicos a la diócesis que correspondiera en cada caso».

La primera referencia a este edificio, aparece fechada el 26-5-1505, en la erección de beneficios y sacristías realizada por fray Pedro de Deza en Segovia, ya como iglesia católica, concretamente como ermita de Santiago: «Y en la iglesia parroquial de Santa María del lugar de Fiñana, con su anejo la iglesia de Santiago del mismo lugar de la diócesis de Guadix, dos beneficios simples servideros y una sacristía» (Suarez Pedro y Tapia Garrido, J. A).

Construida a finales del siglo XII o comienzos del XIII, según el análisis de las yeserías, la mezquita de Fiñana, se ha convertido en nuestros días en el único conjunto almohade peninsular que, a pesar del paso del tiempo y de las agresiones sufridas, conserva el oratorio con su quibla y parte de la decoración que adornaba la portada del mihrab, constituyendo el edificio más completo de todos los conservados en la península ibérica procedente de aquella época.

Plaza de la Constitución

Se encuentra junto a la Iglesia de la Anunciación y el Ayuntamiento, lo que la convierte en parte del llamado casco histórico de la ciudad y es el sitio donde todo converge, donde todos se reúnen.

La plaza tiene una fuente de mármol en el centro, que ha sido restaurada en una ocasión y recibe continuo mantenimiento, a fin de mantenerla en el mejor estado posible. La plaza no es solo el centro de la ciudad, sino el punto de partida de una de las actividades más importantes de la localidad: la salida de la procesión de San Sebastián, patrón de Fiñana.

Museo Etnográfico

Este museo fue creado en el año 2002 y se ubica en una casa propia de la burguesía agraria de final del siglo XIX.

Toma como elemento central el patio, alrededor del cual se distribuyen las habitaciones.

Muestra las costumbres domésticas, recreando la vida económica del momento y exponiendo los diferentes útiles que se usaban en las labores y oficios desaparecidos.

La especialización del Museo de Fiñana es la fotografía antigua, contiene más de 1.000 copias que reflejan la historia más reciente del pueblo, en la que se pueden observar los aspectos políticos, religiosos y sociales de una época concreta, así como vistas ya desaparecidas del municipio.

El museo se encuentra distribuido en diferentes salas repartidas en tres plantas.

Fuente de los Caños de Jesús

La Plaza era uno de los sitios más transitados del pueblo, antiguamente el otro lugar de mayor tránsito era la Fuente, conocida por todos como «los caños de Jesús», donde se reunían las personas a llenar las cántaras de agua y dar de beber a las bestias. En las calles aledañas a los caños se realizaban las ferias de ganado que aglutinaban a muchos comerciantes venidos desde lugares muy dispares.

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